domingo, 12 de junio de 2016

HISTORIA DEL FERROCARRIL EN MEXICO

La historia del ferrocarril en México comenzó en 1837, por el decreto del presidente en curso, Anastasio Bustamante otorgó la primera concesión a Francisco de Arrillaga para la construcción de la línea férrea de Veracruz a la Ciudad de México (denominándose posteriormente Ferrocarril Mexicano hasta el año de 1848) estableciéndose los siguientes artículos:
 1) Un término de protección de unos treinta años a partir de la obra.
 2) Plazo máximo de 12 años de construcción.
 3) Quedaban exentos de pago de impuestos las máquinas y los renglones exentos en el nuevo arancel.
 4) A partir del año de construcción la empresa constructora debía de pagar 50 mil pesos hasta completar un millón.
 5) Las tarifas de transporte no podrían variarse ni siquiera pasando los 3 años del privilegio.
 6) Mientras existiese el ferrocarril, la empresa quedaba obligada a conducir gratuitamente la correspondencia. 
7) El camino de hierro entre Veracruz y la capital tendría caminos dobles. 8) La empresa tendría siempre la propiedad de las líneas


Mapa de México con la primera línea de ferrocarril entre Veracruz y Ciudad de México


El ferrocarril que iba a construirse debía de conectar el puerto de Veracruz con el Golfo de México y la Ciudad de México. Sin embargo, el ferrocarril no se construyó debido a la muerte del comerciante Arrillaga tres años después. Por medio del decreto de Antonio López de Santa Anna el 31 de mayo de 1842, impuso a los acreedores de la construcción de la carretera de Perote a Veracruz, la obligación de construir un ferrocarril que partiera de la ciudad de Veracruz hasta el río de San Juan,los trabajos no se avanzaron, quedando tan solo la construcción de 7 kilómetros en casi 6 años. Después de la invasión norteamericana sufrida en el año de 1848, a mediados del este año se reanudaron los trabajos de la construcción del ferrocarril rumbo al río San Juan, concluidos solamente hasta El Molino, con una extensión de 6.6 kilómetros, inaugurado el 16 de septiembre de 1850 con la distancia de 13.6 kilómetros. También en este mismo año Santa Anna otorgó otra concesión a favor de Laurie Rickards para complementar su sueño de la línea del ferrocarril de Veracruz a la Ciudad de México, quedando de nueva cuenta frustrado. Cinco años después Santa Anna decretó otra concesión ahora a los Hermanos Masso para la construcción del Ferrocarril de San Juan Veracruz hacia Acapulco pasando por la Ciudad de México, empezando la construcción en el año de 1856 de México hacia el rumbo de Veracruz, además de la creación de un fondo consolidado de $8. 000, 000.00. En el año de 1857 los Hermanos Masso decidieron vender su concesión a Manuel Escandón y Antonio Escandón. los Escandón obtuvieron la ayuda de Ignacio Comonfort ofreciéndoles un subsidió por varios millones de pesos a cabo de que cumplieran con el plazo estimado para la terminación de la vía férrea (10 años), no vender la empresa al capital extranjero, la construcción de penitenciarías y casa para inválidos.

Primera Estación de Ferrocarril de Pasajeros



En el año de 1857 se realizó un proyecto de una ruta de Orizaba hacía Maltrata explorado y propuesto por los ingenieros Andres H. Talcott y Pascual Almazán, iniciando la construcción hasta el año de 1864. Para el año de 1861 estando como presidente Benito Juárez otorgó otra concesión a los Hermanos Escandón para una Línea de Veracruz al Pacífico con un ramal a Puebla, ese año marcó el principio de la construcción el tramo del ferrocarril de Veracruz a Paso del Macho subsidiado por dos compañías de los hermanos Escandón ubicados en los estados de Veracruz y Orizaba donde los trabajos de la Tejería a La Soledad comenzaron a realizarse. Con la invasión francesa se destruyeron parte de las vías férreas, quedando como opción la realización de un pacto con los soldados franceses (suministrados económicamente por el gobierno de Napoleón III) y las dos empresas de los Hermanos Escandón, las reglas fueron que el ejército francés subsidió a las compañías la cantidad de 120 000 francos mensualmente para las obras, mientras que la compañías debía de establecer el servicio público de Veracruz a la Soledad para el mes de mayo, quedando concluido hasta el 15 de agosto de 1862, quedando en operación 41 kilómetros de vías, para el año de 1858 llegó hasta la estación de Camarón, contando con una longitud de 62 kilómetros que fue puesto oficialmente en servicio el 16 de octubre de 1864, dos años después llegó a Paso del Macho siendo un total de 76 kilómetros.
Maximiliano I de México contrató al ingeniero M Lyons para la construcción del ferrocarril de La Soledad al Monte del Chiquihuite, anexándose posteriormente a la Línea de Veracruz a Paso del Macho.Asimismo Antonio Escandón traspasó su empresa ferrocarrilera a la Compañía de Ferrocarril Imperial Mexicano teniendo todo el apoyo tanto de Maximiliano I de México como del ejército francés. Concluido el periodo del Segundo Imperio, el 27 de noviembre de 1867 de nueva cuenta Benito Juárez volvió a conceder el privilegio del ferrocarril Veracruz-México vía Orizaba para los hermanos Escandón, quedando concluida a finales del año de 1872 e inaugurado el 1 de enero de 1873 por Sebastián Lerdo de Tejada y el gobernador del estado de Veracruz Francisco Hernández. el Ferrocarril Mexicano fue la primera vía férrea que corrió en el país, se realizaron festejos en las estaciones de Orizaba y Veracruz por tres días. 
Las Estaciones que quedaron como principias de la línea del Ferrocarril Mexicano fueron Veracruz, Tejería, La Soledad, Camarón, La Purga (a partir de 1900 dejo de ser estación), Paso del Macho, Córdoba, Orizaba, Maltrata. 

Mapa de 1897 del proyectado ferrocarril interoceánico
Durante el periodo de Díaz se empezaron a construir nuevas estaciones ampliando más la vía férrea, las estaciones que se iniciaron a construir después de 1880 fueron las de Potrero, Fortín, Río Blanco, Nogales y Santa Rosa.
El Presidente Lerdo, y aún más su sucesor, Porfirio Díaz, alentaron el desarrollo ferroviario con concesiones generosas que incluían subvenciones públicas para la construcción de las líneas. Al comenzar la presidencia de Díaz existían un total de 700 km de ferrovía en servicio en México. Al final de su segundo mandato en 1910, México contaba con más de 24,700 km de ferrovía en servicio, en su mayoría construidas por inversionistas estadounidenses, británicos y franceses.


El nacionalismo creciente en México llevó a la administración de Díaz a poner la mayor parte de los ferrocarriles de la nación bajo control nacional a través de un plan elaborado por su secretario de Hacienda, José Yves Limantour. El plan, ejecutado en 1909, creó una nueva corporación paraestatal, Ferrocarriles Nacionales de México (FNM), para ejercer control sobre las líneas de ferrocarril principales a través de mayorías accionistas en las empresas.


Nacionalización

El sistema ferroviario sufrió gran deterioro a causa de su abandono durante el período de la Revolución mexicana. Después de la Revolución, la totalidad del sistema ferroviario mexicano fue nacionalizado entre 1929 y 1937. En 1987, el gobierno fusionó las cinco empresas ferroviarias regionales con Ferrocarriles Nacionales de México. Los años posteriores de la época de nacionalización de los ferrocarriles en México fueron marcados por dificultades financieras por parte de FNM. La empresa acumuló un déficit operativo de $552 millones de dólares (37 % de su presupuesto de funcionamiento) en 1991. La competencia con otros modos de transporte de carga, tales como los camiones y el transporte marítimo, disminuyó la cuota de mercado de los ferrocarriles alrededor del 9 % o sea alrededor de la mitad de la cuota que tenían los ferrocarriles una década antes.
Soldados rebeldes se desplazan por ferrocarril durante la Revolución Mexicana.


Privatización 

Después de la terminación de la segunda guerra mundial, hubo grandes inversiones en reconstrucción de vías y compras excesivas de locomotoras y carros en Ferrocarriles Nacionales de México (FNM). El tráfico de carga creció con una capacidad superior a la necesaria, con enormes subsidios y endeudamiento creciente. En la segunda mitad de la década de los ochenta, a pesar de los aumentos tarifarios por encima de la inflación y que el Gobierno Federal asumió parte importante de la deuda ferroviaria, los FNM avanzaban hacia la crisis con pérdidas crecientes y círculos viciosos difíciles de romper.
Ante esa situación y en preparación para el cambio, entre 1991 y 1994 los FNM establecen un Programa de Cambio Estructural. En 1995 se reforma el cuarto párrafo del Artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Con esa modificación los ferrocarriles dejaron de ser área estratégica en manos exclusivas del Estado, para permitir la participación social y privada en dicha actividad.
Después de analizar diferentes alternativas de apertura al sector privado, la SCT tomó la decisión de adoptar el modelo de segmentación regional de la red, para ser operada por empresas privadas integradas verticalmente. Las licitaciones constituyeron la parte más compleja y prolongada del proceso. Las concesiones se otorgaron en primera instancia a empresas públicas regionales, en las que se subdividió FNM, expresamente constituidas, para luego vender las acciones representativas de las mismas a la empresa privada que ofreciera la mayor contraprestación para el Estado.
El patrimonio a licitar estuvo formado por el título de concesión para prestar servicio público de transporte ferroviario, y las locomotoras, equipo de arrastre y bienes necesarios para la operación. De acuerdo a la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario, el Estado debe mantener en todo momento el dominio sobre las vías generales de comunicación. Por esa razón la infraestructura y el derecho de vía se reintegraran a la Nación en buen estado operativo al término de las concesiones.
El sector ferroviario, mediante la participación decidida de las empresas concesionarias, usuarios del servicio de carga, trabajadores, proveedores, industria auxiliar ferroviaria y autoridades de la SCT, ha logrado cumplir con el objetivo de avanzar hacia un sistema ferroviario seguro, eficiente y competitivo, en beneficio de la sociedad y economía del país, propósito fundamental de su apertura a los particulares.
La privatización de los ferrocarriles mexicanos, a cerca de quince años de su iniciación, ha sido muy exitosa y marca un auténtico renacimiento de este indispensable medio de transporte. El tráfico creció en ese lapso con un dinamismo sin precedentes; la calidad del servicio ha mejorado notablemente; y las nuevas empresas ferroviarias privadas obtienen utilidades, pagan impuestos (ISR) y una contraprestación anual conforme a la Ley Federal de Derechos.
Entre 1995 y 2010 el volumen movilizado prácticamente se duplicó al pasar de 37,600 millones de toneladas-kilómetro a 78,800 millones de toneladas-kilómetro, incrementándose al 5.1% anual en promedio. El transporte ferroviario de mercancías creció en ese lapso en mayor proporción que la economía en su conjunto y que el transporte carretero de carga. Después de más de cincuenta años de ir en declive, la participación del ferrocarril en el mercado de transporte terrestre, a partir de su privatización, registró una notable recuperación, al pasar del 19% en 1995, al 25% en 2010. 
En 1995, el gobierno mexicano anunció que FNM sería privatizada y la red ferroviaria se dividió en cuatro redes. Como parte de la reestructuración de la privatización, FNM suspendió el servicio ferroviario de pasajeros en 1997. El 4 de junio de 2001 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la extinción del organismo público descentralizado Ferrocarriles Nacionales de México.

Kansas City Southern de México, antes Ferrocarril del Noreste

En 1996, Kansas City Southern (KCS), junto con Transportes Marítimos Mexicanos (TMM), compraron la concesión del Ferrocarril del Noreste que unía al puerto del pacífico en Ciudad Lázaro Cárdenas con Ciudad de México hasta el cruce fronterizo de Laredo, pasando por Monterrey. La empresa conjunta se llamó inicialmente Transportación Ferroviaria Mexicana, pero pasó a denominarse Kansas City Southern de México (KCSM), en 2005, cuando KCS compró los intereses de TMM. Los sistemas de KCS en los Estados Unidos y México forman conjuntamente un sistema ferroviario que une los interiores y centros industriales de México y los Estados Unidos.
Kansas City Southern de México (KCSM), ha sido el primer ferrocarril en México, desde las primeras instalaciones de vías férreas; que ha logrado tener Vías Clase 5 (hasta 145 km/h) con promedio de velocidad de 111 km/h y picos de hasta 119 km/h.
Actualmente más del 70% de sus durmientes son de concreto y desean obtener casi el 100% de vía soldada (eliminar planchuelas).
Como comparación, las formaciones de trenes de pasajeros de Europa son Clase 9 en adelante, es decir; sus vías sostienen velocidades de 322 km/h hacia arriba (el récord actual lo tiene el Tren Francés SNCF con velocidad máxima de 574.8 km/h sobre una vía Clase 9 mantenida con productos GEISMAR también de Francia.
La economía de un tren de carga debe ser diferente a la del tren de pasajeros. Las vías del tren de pasajeros requieren inspección de geometría diaria, pulido del riel cada 100 h, y reapriete de uniones semanal. Pasar carga por una vía de clase 6 en adelante, comienza a ser económicamente inviable e innecesario puesto que las velocidades y riesgos son muy diferentes.

Ferromex, antes Ferrocarril del Pacífico Norte

La concesión del Ferrocarril del Noroeste, que conecta la ciudad de México y Guadalajara con el puerto del Océano Pacífico de Manzanillo y los diversos cruces a lo largo de la frontera de los Estados Unidos, fue vendida a una empresa conjunta entre el Grupo México y Union Pacific Railroad en 1998. La empresa opera como Ferrocarril Mexicano o Ferromex.

Ferrosur

Hubo dos concesiones en la región sur, que se fusionaron en 2000 para formar Ferrosur. Ferrosur opera la línea ferroviaria entre la ciudad de México y el puerto de Veracruz en el Golfo de México. En 2005, Ferrosur fue adquirida por la empresa matriz de Ferromex. KCSM litigó para parar la adquisición, y la fusión no recibió aprobación del gobierno.
Los tres principales ferrocarriles de México son dueños en conjunto del Ferrocarril y Terminal del Valle de México (Ferrovalle), que opera terminales de ferrocarriles y en los alrededores de la Ciudad de México.

Moneda Conmemorativa




Empresas Ferrocarrileras


Los ferrocarriles principales (de clase I) en México incluyen:
  • Ferrocarril Mexicano (FXE)
  • Ferrosur (FSRR)
  • Kansas City Southern de México (KCSM)
Líneas de ferrocarriles de corto trayecto:
  • Baja California Railroad
  • Carrizo Gorge de México 
  • Ferrocarril Chiapas-Mayab (FCCM) 
  • Ferrocarril Transistmico
  • Ferrocarril y Terminal del Valle de México (Ferrovalle)
  • Línea Ferrocarril Coahuila-Durango (LFCD)
  • Peninsulares Ferrocarriles del Noroeste 
Líneas de ferrocarril de pasajeros:
  • Ferrocarriles Suburbanos, S.A.P.I. de C.V. (tren de cercanías en el área metropolitana del Valle de México)



Read More

EVOLUCIÓN DEL FERROCARRIL

LA ERA DEL VAPOR


El desarrollo del motor de vapor impulsó la idea de crear locomotoras de vapor que pudieran arrastrar trenes por líneas. La primera fue patentada por James Watt en 1769 y revisada en 1782, pero los motores eran demasiado pesados y generaban poca presión como para ser empleados en locomotoras. En 1804, utilizando un motor de alta precisión, Richard Trevithick presentó la primera locomotora capaz de arrastrar un tren en Merthyr Tydfil (Reino Unido). Realizada junto a Andrew Vivian, la prueba tuvo un éxito relativo, ya que la locomotora rompió los frágiles rieles de chapa de hierro.
Primera Locomotora de Vapor

En 1811, John Blenkinsop diseñó la primera locomotora funcional que se presentó en la línea entre Middleton y Leeds. La locomotora, denominada Salamanca, se construyó en 1812. En 1825, George Stephenson construyó la Locomotion para la línea entre Stockton y Darlington, al noreste de Inglaterra, que fue la primera locomotora de vapor que arrastró trenes de transporte público. En 1829 también construyó la locomotora The Rocket. El éxito de estas locomotoras llevó a Stephenson a crear la primera compañía constructora de locomotoras de vapor que fueron utilizadas en las líneas de Europa y Estados Unidos.



En 1830 se inauguró la primera línea de ferrocarril interurbano, la línea entre Liverpool y Mánchester. La vía utilizada era del mismo tipo que otras anteriores, como la del ferrocarril entre Stockton y Darlington. Su ancho era de 1.435 mm, actualmente conocido como ancho internacional ya que es utilizado por aproximadamente el 60% de los ferrocarriles actuales. El mismo año se inauguró el primer tramo de la línea entre Baltimore y Ohio, la primera en unir líneas individuales en una red.

En los años siguientes, el éxito de las locomotoras de vapor hizo que las líneas de ferrocarril y las locomotoras se extendieran por todo el mundo.



ELECTRIFICACIÓN Y DIESELIZACIÓN




Las primeras pruebas con trenes eléctricos las inició Rober Davidson en 1838, cuando construyó un carruaje equipado por baterías capaz de alcanzar 6,4 km/h. El primer ferrocarril con suministro eléctrico en la vía fue el tranvía que circulaba en 1883 entre Portrush y Giant's Causeway, al norte de Irlanda, que utilizaba alimentación por un tercer riel. Los cables de alimentación a ferrocarriles se introdujeron en 1879, por Siemens en Berlín,en tranvías que hasta entonces eran arrastrados por caballos.






La primera línea de ferrocarril convencional electríficada fue la línea Roslag en Suecia. En la década de 1890 algunas grandes ciudades, como Londres, París y México, utilizaron esta nueva técnica para construir líneas de metro urbanas. En ciudades medias, los tranvías se hicieron algo común y fueron el único medio de transporte públicodurante varias décadas. Todas estas líneas utilizaron corriente continua, y la primera línea que utilizó corriente alterna fue inaugurada en Austria en 1904.





Las locomotoras de vapor necesitan un mantenimiento bastante elevado para funcionar. Tras la Segunda Guerra Mundial, los costes de personal se incrementaron de modo muy importante, lo que hizo que la tracción a vapor se encareciera sobre el resto. Al mismo tiempo, la guerra impulsó el desarrollo de los motores de combustión interna, que hicieron a las locomotoras diésel más baratas y potentes. Esto causó que varias compañías ferroviarias iniciaran programas para convertir todas sus locomotoras para líneas no electrificadas en locomotoras diésel.

Como consecuencia de la producción a gran escala de autovías tras la guerra, el transporte por ferrocarril se hizo menos popular, y el transporte aéreo comenzó a ocupar el mercado de los viajes de muy larga distancia. Muchos tranvías fueron sustituidos por autobuses, mientras que la necesidad de trasbordos hizo poco rentable el traslado de mercancías en distancias medias. Además, sucesos como el Gran escándalo del tranvía de Estados Unidos hicieron que el transporte por ferrocarril se redujera considerablemente.


En 1964, se inauguró en Japón la primera línea de Alta velocidad ferroviaria, llamado Shinkansen, tren bala, para resolver el problema de transporte entre las pobladas ciudades del país. Con el tiempo, este sistema se extendió por otros países, como Francia, España y Alemania, lo que hizo recuperar al viajero interurbano.

La crisis del petróleo de 1973 cambió la tendencia a la baja de los tranvías. Hizo que los que no se habían desmantelado, continúasen hasta nuestros días, al ser de nuevo más rentables. También la introducción de los contenedores contribuyó a mejorar la rentabilidad del transporte de mercancías.

INNOVACIÓN

A lo largo de los años 70, se introdujo una automatización mayor, especialmente en el transporte interurbano, reduciendo los costes de operación. Algunas líneas de tranvía fueron transformadas en líneas de tren ligero, otras líneas se construyeron en ciudades que habían eliminado el tranvía décadas atrás. En los años 90, el foco de atención se situó en mejorar la accesibilidad, convirtiendo el tren en la solución al transporte de los discapacitados.
La innovación en nuevos sistemas de ferrocarril continúan actualmente, especialmente en campos como la alta velocidad.



Read More

HISTORIA DE LOS FERROCARRILES

Ferrocarril, medio de transporte a gran escala en vehículos con ruedas guiadas que se desplazan sobre rieles paralelos y arrastrados por otro vehículo motor, denominado locomotora, que es donde se genera la energía necesaria para el movimiento del conjunto.

El origen del ferrocarril se podría remontar a la civilización egipcia y época grecorromana, pero será en el siglo XVI cuando los mineros alemanes por medio del transporte subterráneo realizado con vagones que se apoyaban sobre dos series de maderas planas los que empiecen a dar forma al nacimiento del ferrocarril como tal.


En el siglo XVIII, los trabajadores de diversas zonas mineras de Europa descubrieron que las vagonetas cargadas se desplazaban con más facilidad si las ruedas giraban guiadas por un carril hecho con planchas de metal, ya que de esa forma se reducía la fricción. Los carriles para las vagonetas sólo servían para trasladar los productos hasta la vía fluvial más cercana, que por entonces era la principal forma de transporte de grandes volúmenes. El inicio de la Revolución Industrial, en la Europa de principios del siglo XIX, exigía formas más eficaces de llevar las materias primas hasta las nuevas fábricas y trasladar desde éstas los productos terminados.



 Antiguas vagonetas mineras.

Los dos principios mecánicos, guiado de ruedas y uso de fuerza motriz, fueron combinados por primera vez por el ingeniero de minas inglés Richard Trevithick, quien el 24 de febrero de 1804 logró adaptar la máquina de vapor, que se utilizaba desde principios del siglo XVIII para bombear agua, para que tirara de una locomotora que hizo circular a una velocidad de 8 km. por hora arrastrando cinco vagones, cargados con 10 t de acero y 70 hombres sobre una vía de 15 km. de longitud de la fundición de Pen-y-Darren, en el sur de Gales.


Transcurrieron dos décadas durante las cuales se desarrollaron los raíles de hierro fundido que soportaban el peso de una locomotora de vapor. La potencia necesaria para arrastrar trenes, en lugar de uno o dos vagones, se aseguró colocando una locomotora de vapor sobre dos o más ejes con las ruedas unidas mediante bielas.

Grabados originales de la locomotora de vapor
inventada por Stephenson en 1825


La primera vía férrea pública del mundo, la línea Stockton-Darlington, en el noreste de Inglaterra, dirigida por George Stephenson, se inauguró en 1825. Durante algunos años esta vía sólo transportó carga; en ocasiones también utilizaba caballos como fuerza motora. La primera vía férrea pública para el transporte de pasajeros y de carga que funcionaba exclusivamente con locomotoras de vapor, fue la de Liverpool-Manchester, inaugurada en 1830. También fue dirigida por George Stephenson, en esta ocasión con ayuda de su hijo Robert Stephenson.


El éxito comercial, económico y técnico de la línea Liverpool-Manchester transformó el concepto de vías férreas, y no sólo en Gran Bretaña. Algo que antes se veía como medio para cubrir recorridos cortos, beneficioso sobre todo para la minería, se consideraba ahora capaz de revolucionar el transporte de largo recorrido, tanto de pasajeros como de mercancías. Se había pensado que cualquiera podría, previo pago de un peaje, poner un tren sobre las vías férreas, igual que se hacía con los barcos en los canales; pero el volumen de tráfico entre Liverpool y Manchester pronto demostró que el uso de una vía fija debía controlarse desde una central y que era preciso mantener una distancia segura entre los trenes mediante algún sistema de señalización. Las primeras señales mecánicas instaladas a lo largo de la vía aparecieron en 1830.


Tren histórico con locomotora de vapor, en Inglaterra.

Desde mediados de la década de 1830 se desarrolló con rapidez en Gran Bretaña y en la Europa continental la construcción de vías férreas entre ciudades. Los ferrocarriles ingleses fueron construidos por empresas privadas, con una mínima intervención del gobierno, pero en Europa continental casi siempre la construcción estuvo controlada, y en ocasiones fue realizada por los gobiernos nacionales o estatales. Así se estableció en Europa (menos en Gran Bretaña) la tradición del ferrocarril como empresa pública y la obligación del gobierno de financiar cuando menos en parte el mantenimiento y la ampliación de la infraestructura nacional de vías férreas. La participación del gobierno estaba orientada a impedir la duplicación innecesaria de la competencia en las rutas más lucrativas —como ocurrió en Gran Bretaña— y a garantizar que los ferrocarriles se expandieran de la mejor forma para el desarrollo social y económico del estado o del país del que se tratara. También eran importantes las consideraciones técnicas, económicas e incluso militares.
La intervención estatal se consideró primordial, a la hora de elegir y unificar el ancho de vía, que es el parámetro que mejor define una vía ferroviaria, la mínima distancia entre las caras interiores de los carriles, ya que limita los tipos de material móvil que lo pueden utilizar y condiciona las conexiones posibles con otros ferrocarriles.

La construcción de vías férreas se expandió con tal ritmo en la década de 1840 que al terminar la misma se habían construido 10.715 km. de vía en Gran Bretaña, 6.080 km. en los estados alemanes y 3.174 km. en Francia. En el resto de Europa Central y del Este, excepto en Escandinavia y los Balcanes, se había puesto en marcha la construcción del ferrocarril. Los viajes en tren pronto se hicieron populares, pero hasta la segunda mitad del siglo XIX la rápida expansión de los ferrocarriles europeos estuvo guiada sobre todo por la necesidad de la naciente industria de transportar productos y la capacidad del ferrocarril para hacerlo a un precio que garantizaba buenos beneficios a los inversores. En 1914 ya existía casi, excepto en Escandinavia, la red de vías férreas que hoy tiene Europa, una vez terminados los túneles de la gran vía transalpina: el Mount Cenis (o Frejus) entre Francia e Italia en 1871, el San Gotardo en Suiza en 1881, el Alberg en Austria en 1883 y en Suiza también el Simplon en 1906 y el Lotschberg en 1913.


Locomotora del año 1925, del tren histórico y turístico de Arganda(Madrid, España)


En Estados Unidos el desarrollo del ferrocarril se vio espoleado por el deseo de llegar al interior del país desde las ciudades de la costa este, fundadas por los primeros colonos británicos. Tras la inauguración en 1830, en Charleston, Carolina del Sur, del primer ferrocarril de vapor para pasajeros, la construcción de vías férreas pronto avanzó hacia el oeste desde todos los rincones de la costa este, desde Quebec, en Canadá, hasta el Golfo de México. Al cabo de pocos años, los ferrocarriles habían convencido a los comerciantes de su superioridad sobre los canales, no sólo por velocidad y por ser más directos, sino porque funcionaban con cualquier clima, mientras que las vías de agua podían congelarse en invierno y descender a niveles no aptos para la navegación durante el verano. En 1850 el continente tenía ya 14.500 km. de vías férreas. En la década siguiente un número cada vez mayor de empresas privadas construyó más vías férreas que en el resto del mundo, con lo que el total de Estados Unidos pasó a más de 48.300 km.; Chicago, en el Medio Oeste, convertido de pequeña población a gran ciudad, fue la plataforma de una rápida expansión hacia el sur y el oeste.


La idea de enlazar el este de los Estados Unidos con la costa del Pacífico, se vio fomentada por los pioneros establecidos en la costa oeste que decidieron a su vez iniciar la construcción del ferrocarril hacia el este, convirtiéndose la empresa de ambos tendidos en una carrera por conseguir el mayor número de kilómetros hasta el punto de encuentro, lo que convirtió la construcción del ferrocarril en una gesta más que en una obra de ingeniería. Diez mil obreros de la Union Pacific salen en diciembre de 1865 de Omaha al encuentro de los doce mil de la Central Pacific que partieron en enero de 1863 de Sacramento. El encuentro tuvo lugar el 10 de mayo de 1869 en Promontory Point con el ultimo remache de oro que el presidente Grant clava con esta oración: “Ojalá siga Dios manteniendo unido a nuestro país como este ferrocarril une los dos grandes océanos del globo”. Con ello se estaba dando lugar al primer ferrocarril transcontinental que dio paso a otras líneas tanto en Estados Unidos, como la primera canadiense Transcontinental Canadiense, Montreal-Vancouver de 1886, y posteriormente se reflejó en el transeuropeo Orient Express (3.186 km.) y el Transiberiano (actualmente 9.297 km.).


Tren a las Nubes en Argentina
Read More

domingo, 5 de junio de 2016

LINEA DEL TIEMPO DEL FERROCARRIL EN MÉXICO

En México, el ferrocarril ha sido testigo del inicio de dos siglos y actor principal en la historia mexicana. El ritmo de la locomotora sobre los rieles es parte esencial en el desarrollo de pueblos y ciudades, así como en el crecimiento económico del país.

1850
El 16 de septiembre se inaugura un tramo de 13 kilómetros hasta El Molino. Esta es una fecha histórica por haber sido el primer convoy ferroviario que transitó en México, aunque el servicio al público se inició hasta el 22 de septiembre.


1857
Se inaugura el tramo de Tlatelolco a la Villa de Guadalupe (Hoy, Villa Gustavo A. Madero), el 4 de julio. Esta es también una fecha importante en la historia de los ferrocarriles mexicanos, ya que fue el primer recorrido de un tren sobre rieles en la ciudad de México.

1873
Se construye la línea México-Veracruz, cuya longitud era de 424 kilómetros y, sin duda, una de las más importantes.



1880
Se da un avance significativo al crear una de las grandes líneas: México-Ciudad Juárez, una de las más largas del país (casi 2,000 kilómetros).

1884
Otro gran logro tuvo lugar aquel año, cuando fue posible viajar de México a Chicago. Este suceso abrió la puerta para posibilitar el comercio entre México y Estados Unidos.

1934
El presidente Lázaro Cárdenas, convencido de la necesidad de mantener y extender la red ferroviaria, impulsó el Plan Sexenal.

1946
Se puso en marcha el programa de rehabilitación en los Ferrocarriles Nacionales de México. Este programa fue conocido como Plan Alemán.



1991
Se firmó el convenio de Concertación de Acciones para la modernización del sistema ferroviario mexicano. En dicho convenio, el gobierno y la iniciativa privada se unieron en el compromiso para hacer más eficiente el servicio.

1995
Aunque se hizo todo lo posible por modernizar el sistema ferroviario, lamentablemente no se pudo continuar con los proyectos planeados, así que se firmó un acuerdo de unidad para superar la emergencia económica en el que se establece la inminente necesidad de inversión privada para los ferrocarriles. Así, el 17 de enero se envía al Congreso de la Unión una iniciativa presidencial relativa a la reforma del artículo 28 Constitucional (el cual reservaba al Estado la operación de los ferrocarriles).
Nueve días más tarde, el Senado aprobó las reformas que permitieron posteriormente la participación de capitales privados en los sistemas ferroviarios. El día 13 de noviembre se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los lineamientos para la apertura de la inversión en el Sistema Ferroviario Mexicano, en donde se marcan los pasos a seguir para la desincorporación de la empresa.


1998
El 19 de febrero, Ferrocarril Mexicano, formado por Grupo México y Union Pacific, inició la operación de las líneas Pacífico-Norte y Chihuahua-Pacífico luego de obtener la concesión en este sistema de transporte por parte del Gobierno Federal.



2008
Se inauguró la primera línea del Ferrocarril Suburbano del Valle de México.

2010

Se cumplen 160 años de historia del ferrocarril en México.
Read More

Datos personales